Es curioso escribir sobre un lugar del que apenas sabes nada cuando empiezas a desarrollar la narración. Como diría el Principito "es una rosa como otra cualquiera, porque todas son iguales ". Anatolia era, pues, un punto en el mapa, una rosa idéntica a todas las demás. Al interesarme por aquella tierra desconocida, aprendí a quererla, a dejarme sorprender por ella. Igual que el Principito con su rosa. Por supuesto, había estudiado algo sobre ella en clase de Historia. Sabía situarla en el mapa, pero era una gran desconocida.
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